Ash vs Evil Dead
Temporada 1
6
¿Cómo se conforma un mito? ¿Cuándo un personaje escapa a su encarnación primera y se vuelve un referente popular? ¿Fue para Indiana Jones ese momento temprano de escapar de una tumba en el Amazonas pero no dejar atrás su sombrero? ¿Cuando la teniente Ripley se enfrentó a la enorme Reina Alien y le dijo que se alejara de ella, perra? ¿Cuando Ash Williams se volvió uno?
Creo que la respuesta clave es entre la segunda y tercera entrega de las "Evil Dead". La primera película, y la que inició todo esto, es antes que nada un accidente. Es accidentalmente graciosa. Sus personajes son accidentalmente recordables. Ser la primera y más emblemática dentro del subgénero "Cabin in the Woods" es lo mismo: un accidente. Pero para cuando Sam Raimi y compañía reformularon (con más presupuesto y experiencia) el mismo concepto en "Evil Dead 2: Terroríficamente muertos", Ash Williams (siempre Bruce Campbell) comenzó a tener más carnadura. Y abrazó (con una sola mano) el concepto splatter con toda la fuerza.
Y si algo le faltaba a Ash para volverse un ícono, logró todo lo que necesita cuando llegó "Evil Dead 3: El ejercito de las Tinieblas". Allí, directamente nos íbamos al demonio: siempre enfrentado al Necronomicon, Ash viajaba en el tiempo y en el espacio, hasta volverse un guerrero medieval único. Y todo mientras nos matábamos de risa.
Sinceramente, tenía muchísimas expectativas ante esta serie ya que marcaba el regreso del estupendo Bruce Campbell al personaje que lo había vuelto legendario: Ash Williams. Y al mismo tiempo, tenía bastante miedo de lo que podía salir. Bueno, el primer episodio –único dirigido por Sam Raimi y único también en alcanzar los 60 minutos o casi de duración– destruyó por completo mis miedos. Todo, todo estaba ahí. Ash era el mismo de siempre (y Campbell es buenísimo interpretándolo), el horror y el humor se combinaban de maravilla, había gore y splatter para tirar para arriba. Todo lo que un buen fan de las "Evil Dead" podía pedir, allí estaba. Y la pregunta que me hacía al terminar ese episodio piloto era ¿cómo van a mantener el ritmo de esto?
Pues la respuesta es: no se pudo. La serie acompaña a Ash y sus dos nuevos amigos Kelly y Pablo (Dana DeLorenzo y Ray Santiago, muy bien los dos a pesar de que van perdiendo de a poco protagonismo) en una nueva batalla contra los "deadites", los demonios que se liberan por el mal uso que (otra vez) Ash le da al Necronomicon. Esta primera temporada gira sobre encontrar una solución definitiva al problema, pero al mismo tiempo Ash y sus amigos son perseguidos por una policía (Jill Marie Jones) y una misteriosa mujer que parece saber bastante del tema (Lucy Lawless, gran adición al elenco). Y la verdad es que por mucho que uno se ríe cada tanto, se sobresalta cada tanto y se asquea cada tanto, 10 episodios son demasiados y en algún momento la estructura se vuelve reiterativa. Ash y los suyos encuentran algo/alguien/dónde pueden o no encontrar una posible solución al problema, todo sale mal, muere todo el mundo menos ellos, que zafan y ponen rumbo nuevamente hacia otro algo/alguien/donde.
Por mucho que sobre la recta final, en el episodio 10 (que es muy bueno con su regreso a donde todo empezó: la maligna cabaña en el bosque que aquí es probablemente más maligna que nunca), la cosa levanta, no abandona nunca la misma estructura y eso lleva (o al menos me llevó a mí) a perder el interés. Lo mejor pasa por Campbell que sigue siendo buenísimo, sin importar cuanto tiempo haya pasado. Su Ash sigue siendo una gran creación de un gran actor. El resto de la serie queda en un pasarrato entretenido.

Rodolfo Santullo
Rodolfo Santullo (Mexico D.F., 1979) es periodista, escritor, guionista y editor de historietas al frente de Grupo Belerofonte. Ha publicado novelas, cuentos e historietas en Uruguay, Argentina, Ecuador, Alemania, España, Chile, Gran Bretaña, Perú, Italia y Chipre. Actualmente prepara su debut como guionista de cine con la película "La teoría de los vidrios rotos".