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Aphex TwinCheetah EPWarp 7,5IDM churretosa |
Desde que decidió salir de su particular hibernación (a finales de 2014, tras ocho años de silencio), Richard D. James ha dado varias muestras de su carácter volcánico e impredecible. “Syro” (14), el disco con el que volvió a la vida, era un artefacto difícil de digerir: largo y enrevesado, repleto de saltos de estilo y de zancadillas sonoras, oscilaba continuamente entre la genialidad y el chiste privado, entre la delicadeza ambiental y la descarga ácida. Parecía, en realidad, una selección de temas que el coletas de Cornwall hubiera ido grabando a lo largo de los años, y que después habría encajado en los tres vinilos de marras a martillazos, quien sabe si por alguna extraña necesidad de hacer caja (yo que sé: para cambiarle la caja de cambios al tanque que tiene en su jardín, por ejemplo), o simplemente porque ÉL sí que se puede permitir hacer este tipo de cosas. Publicado pocos meses más tarde, “Computer controlled acoustic instruments pt. 2 EP” utilizaba los mismos ingredientes que su hermano mayor (es decir, humor, experimento y reciclaje de ideas propias), pero añadía un mayor grado de concreción, al hacer oscilar muchos de los temas alrededor de una idea general: la mecanización (ahí es nada) de los instrumentos acústicos.
Su nueva entrega como Aphex Twin, “Cheetah”, utiliza esa misma cesta de ingredientes, pero cambia el elemento aglutinador. En este caso, todos los temas están (aparentemente) producidos con el sintetizador Cheetah MS-800, un aparato lanzado a principios de los noventa, que tiene fama de ser uno de los chismes más difíciles de manejar que han llegado nunca al mercado, pero que también se ha definido como “una interesante caja de trucos, capaz de producir crujientes sonidos analógicos”. Por supuesto, utilizar semejante bicho para grabar un EP es toda una declaración de intenciones, una especie de corte de mangas a todos esos productores que “rescatan” sintetizadores analógicos para sonar “más original y vivo”, pero luego terminan utilizando los patches de fábrica del Juno 106 o del Moog Prodigy. Pero más allá de la broma, también supone un ejercicio de contención y de aprovechamiento de las limitaciones: con sus ritmos (efectivamente) crujientes y su tempo relajado, con su sonido emborronado y repleto de aristas, los seis temas del EP podrían haber salido de las mismas sesiones que “Surfing in sine waves” (92) o “Caustic Window” (94). Una conexión que se debe al tipo de sonidos utilizados, pero también a recursos más familiares, como las melodías ligeramente desafinadas que puntean “CheetahT2 [Ld spectrum]”, las atmósferas amenazadoras que recorren el plano de fondo en “CheetahT7b” o el estupendo contrapunto entre los ritmos ácidos y robóticos que sostienen la estupenda “Cirklon3 (Колхозная mix)” y las melodías preciosistas que suenan por encima. Un cúmulo de circunstancias, en fin, que convierten a “Cheetah” en la referencia más asequible, disfrutable y reconocible que Aphex Twin ha publicado en esta nueva época. A ver cuánto le dura.

Vidal Romero
Como todos los antiguos, Vidal Romero empezó en esto haciendo fanzines (de papel) a mediados de los noventa. Desde entonces, su firma se ha podido ver en infinidad de revistas (Go Mag, Rockdelux, Ruta 66, Playground, aB, Era y Clone entre muchas otras) y algún que otro periódico (Diario de Sevilla, Diario de Cádiz). Es también uno de los autores del libro “Más allá del rock” (INAEM, 08) y ha trabajado como programador y productor para ciclos de conciertos y festivales como Arsónica, Territorios o Electrochock (US). Incluso le ha quedado tiempo para ayudar a levantar España ladrillo a ladrillo con lo que es su auténtica profesión: la arquitectura. Es uno de los mejores analistas de música electrónica de este país.