The Strain 01x12

“Last Rites”

5,0

Rodolfo Santullo

¡Penúltima entrega! Y no parece que estemos preparando un gran final, pero al menos nos ajustamos los cinturones y proponemos un capítulo con bastante acción y movimiento.

Veamos: el team Setrakian pasa por un mal momento. De regreso a la Setrakian-Cueva, hay una discusión bastante tensa entre Peluquín, Latina Anónima y Vasily, preocupados todos porque su líder y mentor patinó de lo lindo en el capítulo anterior y bien podría haberles costado la vida. Y, para colmo, ya no tenemos mucha idea de cómo seguir (si es que la tuvimos alguna vez).

¡Pero este es el capítulo de los regresos! Y el primero de todos es el de Rubia Hacker, quien vuelve al redil con frescas intenciones de dar batalla. Su plan es lograr hackear –por supuesto, es lo suyo– una transmisión televisiva y permitirle al buen Dr. Ephrain Goodwater que le cuente a la gente de Nueva York lo que está pasando verdaderamente. Me parece que el que no esté muerto ya debe de haberse hecho una buena idea para este momento, pero al resto le da igual cualquier propuesta, así que ¡adelante! Previo un escarceo romántico con Vasily –mucho menos incómodo que el que tuvo Eph con Nora en la cama de su exesposa, luego de haber pasado a cobre a su actual pareja–, la Rubia logra que el Dr. cuente durante unos minutos qué está pasando y todos felices (a mí me pareció que no llegó a decir nada útil, pero puede ser que me pase de crítico).

Pero ¡crash!: encabezado por Bolivar (quien también regresa... ¿Cómo, que quién es Bolivar? El cuarto y único que queda de aquel cuarteto de sobrevivientes del avión, sobre los que durante muchos episodios fue importantísimo saber por qué ellos habían zafado y los demás no, para luego olvidarnos por completo de ellos y de su subtrama), un grupo de vampiros ataca la Setrakian-Cueva. No me queda muy claro si es una reacción demasiado inmediata a la intervención de la señal televisiva o si siempre supieron que ellos estaban allí. Como sea, aquí están y lo primero que hace Bolivar es pasar a cobro a uno de los habitantes de la casa (que, sin revelar quién es, adelanto que era un personaje que me resultaba especialmente molesto).

Mientras nuestros héroes tratan de sobrevivir al ataque vampírico, seguimos al Latino Criminal, quien nos propone otro regreso: el de Criminal Negro, aquel que apareciera brevemente en el episodio 4 liderando a unos ladrones nigerianos, y me acuerdo de él nomás porque el actor es Jamie Hector, el mismo que daba vida a Marlo Stanfield en “The Wire”. Imagino que le pasa como a Corey Stoll y deberá pagar las cuentas, por eso acepta filmar esta porquería. A punta de pistola, Latino se lleva a Marlo para conseguir armas y dinero. Pero termina descubriendo, de rebote, cómo los vampiros planean su expansión más allá de la olvidada Nueva York. Ah, y el segmento del Latino conlleva oooootro regreso: el del Comando Vampiro.

Completamos el capítulo con otro flashback al pasado de Setrakian, este por lo demás inútil (si se nos mostró que guarda el corazón vampirizado de la que fuera su esposa, ya quedó claro qué le pasó a la muchacha, ¿no? No es necesario un flashback para explicármelo. Lo único que agrega esta escena es que los planes horribles y fallidos Setrakian los realiza desde 1967), y el regreso del venal Eldritch Palmer, insistiendo en que lo vampiricen de una buena vez.

Luego de un par de episodios verdaderamente malos, esta penúltima entrega tiene momentos entretenidos, la verdad. Será que ya me conformo con prácticamente nada.

Lo mejor: Chau, personaje molesto, insoportable e inútil.

Lo peor: El maquillaje del Setrakian de 1967. Qué necesidad…