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Holly Herndon al Dnit

31/04/2017, Auditori Caixaforum, Barcelona

7,5

 

Texto Beto Vidal

Fotos Óscar García

 

  

Da igual que tengas un Mac Book de Apple, un portátil Lenovo de gama media con Windows preinstalado o un Chromebook de Google. En cualquiera de los casos, se trata de una extensión de nuestro cuerpo. O, como la propia Herndon contestaba en una entrevista hace unos días, “el portátil es un instrumento musical mucho más personal que una guitarra”. La estadounidense se encargó de ponerlo en práctica en un peculiar directo que tuvo más de performance que otra cosa.

 

 

Pero, antes de pasar a analizar nada, merece la pena destacar uno de los mayores hitos de la comunicación empática entre público y artista que han visto mis ojos. A mitad de actuación, el cotorreo común en esta clase de eventos, extrapolable a cualquier concierto y estilo musical, comandaba el vestíbulo del museo Caixaforum de Barcelona. Centenares de personas ajenas al espectáculo de Herndon, hablando por los codos y recordándonos la especie de animales que son: alimañas recién salidas de sus escondites de las que no podrás escapar aunque cambies de posición, debido a que se multiplican y suman esfuerzos en pequeños grupos repartidos por toda la sala. Al final de este texto a modo de anexo(*) reproduzco un diálogo delirante del que tuve el honor de presenciar.

 

 

Holly y sus dos escuderos en el escenario no eran ajenos a tal carnicería de parloteo incesante, por lo que haciendo valer su clásica comunicación y feedback por escrito en sus conciertos, tecleó lo siguiente para introducir la siguiente canción: ”A big kick drum for the the talkers.” O lo que es lo mismo, Holly Herndon mandando callar a las cotorras. MAGIA. Si a ello le sumamos que, acto seguido, apareció un héroe anónimo; un auténtico outsider que se erigió como portavoz de una porción del público al berrido de "que os calleis ya de una puta vez", el hechizo vio multiplicado su efecto. La sala enmudeció por un instante y, aunque fuese por una pequeña porción de tiempo, todos volvimos a creer en los espectáculos en vivo. 

 

 

Pero volviendo a lo que de verdad importa, Holly y sus secuaces (su novio y también artista Matt Dryhurst y el poeta Colin Self) nos recordaron el papel que juega la tecnología y la hipervigilancia en el mundo en el nos ha tocado vivir. Rozando por momentos la retórica distópica, el espeluznante vídeoclip de “Chorus” en pantalla grande que muestra en una especie de realidad virtual decenas de portátiles en escritorios desordenados y mugrientos, puso al que escribe esto los pelos como escarpias. O bien la lectura de frases lapidarias, de nuevo escritas por la propia Holly y proyectadas en pantalla, como "consider leaving Facebook", tras recordarnos la fragilidad de la privacidad en la red social por excelencia al descargar fotos de los perfiles asistentes al evento. Un truco sencillo pero de lo más efectivo.

 

Una performance, como decíamos, en la que no faltó nada. Incluso pudimos deleitarnos con los bailes espasmódicos de Self a lo Bez de los Happy Mondays, tras mencionar antes que era el Día Internacional de la Comunidad Transgénero, en una alusión directa a su amiga Chelsea Manning. Un show emotivo, cargado de mensajes contundentes y con algún que otro beat o bombo bien gordo para bailar. Gracias, de nuevo, Holly. Te queremos.

 

 

(*) Anexo

 

Reproducción (casi) literal de una conversación random de un grupo de asistentes que estaban justo delante de un servidor y más o menos a mitad de concierto. Son unos 5 amigos reunidos en pleno apogeo y jolgorio (bajo los efectos del alcohol o quizás de otras sustancias ilegales) que conversan a pleno pulmón sobre cómo les ha ido la semana y otros recuerdos del pasado que merecían ser revividos en aquel preciso instante.

 

—Hey, si os parece, voy a dejar las chaquetas de todos a las taquillas, que he conseguido una—

—¿Cómo?—replica justo el individuo que estaba a su lado.

—Que he llegado pronto y he podido conseguir una taquilla para dejar las chaquetas—vuelve a explicar con un tono -aún- más elevado.

Sucede entonces una pausa silenciosa de unos eternos segundos que se tornan insoportables. Los dos se miran con cara de asombro y estupefacción.


—¿Qué tienes KETA?—

—¿Cómo?—responde mientras sonríe y mueve la cabeza de un lado a otro—¡Estoy hablando de dejar la CHAQUETA!

— ...

 

 

Beto Vidal

Desde que tuvo de bien pequeño en sus manos el doble compacto azul de los Beatles (1967-70) hasta que pudo colaborar en la mejor cabecera española de música independiente, Beto Vidal no cesó en su empeño por descubrir, adorar y recomendar música “rara” y “oscura” (palabras textuales de sus progenitores). A partir de esos primeros ramalazos psicodélicos, Beto ha intentado dar forma a una cultura musical que pasa por la electrónica, el rock independiente más atrevido o el pop más cósmico. Go Mag ha sido su casa desde 2009, lugar donde tuvo el eterno placer de entrevistar a Daft Punk, Plastikman, Carl Craig, Apparat, Ellen Allien o Agoria, así como por otros valores del underground español (Wooky, Monki Valley…) e internacional (Rone, Sinkane, Echospace, Peaking Lights, etc.).

 

beto@blisstopic.com