Bill Ryder-Jones en Barcelona
17/03/2016, Sidecar, Barcelona
7,7
Texto Javier Burgueño
Fotos Eric Altimis
Ay los interludios, esos malditos interludios. Si uno no los gestiona bien pueden acabar haciendo perder el ritmo a un buen concierto, convirtiéndolo en una sucesión inconexa de canciones. Bill Ryder-Jones, con tres discos en solitario a su nombre y varias bandas sonoras aparte del material publicado con The Coral, no los suele llevar por la mano, y producto quizás de su nerviosismo en directo los acaba estirando más de la cuenta, rozando el peligro antes mencionado. Menos mal que las canciones, especialmente las del notable “West Kirby Country primary” con el que consiguió asomarse a más de una lista de los mejores discos del año pasado, tienen la suficiente consistencia para acudir al rescate, extendiéndose más allá del minutaje correspondiente, llenando los vacíos entre ellas.
Comenzó el concierto animado con “Catharine and Huskisson” y “Let’s get away from here”, tirando de ese sonido sucio que acaba recordando vagamente a Pavement o The Pixies. Puestos ya en situación aprovechó para visitar su anterior álbum con “He took you in his arms”, “Wild swans” y una “By morning I” con la que inició una excursión en solitario que siguió con la delicada “Seabirds” y la emocionante “Put it down before you break it”. Volvió la banda a acompañarlo sobre el escenario para revolucionar el ambiente con “Two to Birkenhead”, demostrando un gusto exquisito después al versionar “Two lines” de Lightships, proyecto en solitario de Gerard Love (Teeneage Fanclub). De ahí al final la cosa fue in crescendo, acabando por todo lo alto con “Wild roses” y ”Satellites” mientras animaba al público a irse de copas después con la banda. Un concierto fresco y entretenido, de esos que se recuerdan con una sonrisa en los labios.

Javier Burgueño
Javier Burgueño pasó su juventud en el Vallés Oriental (Barcelona) donde se inició en esto de la crítica presentando y coordinando un programa musical de la televisión de su pueblo durante la bendita locura analógica de las televisiones locales de principios de los 90 (asegura que ya no quedan copias de los programas, se encargó personalmente de ello una noche de verano). El experimento fue divertido y dejó un poso latente que volvió a aflorar con el cambio de siglo cuando empezó a colaborar asiduamente con la web del programa de radio madrileño “El otro lado del telescopio” y más tarde con www.pinypondjs.com. Ha sido colaborador de Go Mag desde el 2007 hasta su desaparición de los quioscos el pasado junio de 2013.