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Patrick Watson

Patrick Watson

Ciencia fricción

 

Vanessa Pellisa

Fotos Clyde Henry

 

Patrick Watson, el susurrador mayor del reino, gran falsettista y magnífico conversador vuelve con un nuevo disco, más sencillo y reposado que nunca, sobre el amor y la sensibilidad en un mundo incomprensible. “Love Songs for Robots” (Domino, 2015) es el resultado de la fascinación de Watson por una idea: como la mecánica de la tecnología es el reflejo de mecánica de las emociones. Viene a decir que somos meros usuarios de nuestros sentimientos, incapaces de comprender íntimamente a qué obedecen, del mismo modo en que somos incapaces de comprender a qué verdad última responde la física cuántica. "Love Songs for Robots" se publica el 11 de mayo.

 

Maravillosamente ambicioso a nivel conceptual, este nuevo disco ofrece una nueva revisión de su pop sutil, onírico y romántico, si bien se queda algo corto de ideas cuando sus canciones avanzan hacia el indie más mundano. Los artistas de carrera pueden permitirse discos notables (que no excelentes) si los construyen a partir de algo sólido. Es el caso de este disco, que puede sostenerse de pie muy dignamente gracias a canciones como “Good morning, mr Wolf” o la que le da título, “Love Songs for Robots”, tan fantástica merece ser escuchada ahora mismo, en este preciso instante, para acompañar la lectura de esta entrevista que Patrick Watson respondió desde Madrid hace unas semanas.

 

Patrick Watson

 

La canción que abre el disco, "Love Songs for Robots" , es una de mis canciones favoritas de todo tu repertorio. Sintetiza muy claramente la clase de canciones que creo que mejor te definen como artista. Es la clase de single que no parece un single y tiene un hook que no es evidente a la primera, aunque es innegable.

No soy muy bueno escribiendo singles. Creo que funciona bien como canción de bienvenida, de entrada al disco, es una canción cálida y muy sencilla, es un buen opener para el disco. Nunca pienso en escribir singles aunque te concedo que funciona bien como canción principal.

 

He leído que escribiste el disco pensando en una banda sonora alternativa para un film de ciencia ficción.

Es una mezcla extraña. La inspiró una idea, de algo que vi hace unos años: un musical con marionetas. De entrada, pensé que era una idea algo cursi. La música, en concreto, era bastante cursi. Pero al ser marionetas las que ‘cantaban, mi reacción fue totalmente distinta a si hubiera sido un cantante quien las estuviera interpretando. Recuerdo que pensé que era una idea muy bonita, que las emociones más sensibles, que a veces podemos calificar como cursis, se protegieran de cualquier posible reacción cínica si las interpretábamos en un contexto distinto al ordinario. Pensé en "Blade Runner".

 

Es una película muy romántica.

Sí, exacto. Creo que es el único film que ha conseguido capturar una imagen emocional y cálida de la tecnología. Es la clase de banda sonora que hubiera querido escribir, es la dirección hacia la que iban las canciones (la calidez de la tecnología, el erotismo de la tecnología).

 

Patrick Watson

 

Siempre se ha dicho que la ciencia-ficción crea un marco narrativo imaginario que nos permite acercarnos a temas morales y espirituales con más libertad.

Exactamente, es a partir de eso que pensé que la ciencia-ficción podía proporcionarme ese marco, como dices. Soy muy aficionado a este género, y creo que es ideal para sacar a la gente de su zona de confort y ponerles a pensar de una manera distinta. El título del disco se refiere más a la intención de la música que de las letras –porque al final cada letra funciona por su cuenta–. Pero la intención era poder transmitir una idea que, de haberla expresado de otro modo, podría parecer demasiado rebuscada.

 

¿Qué idea es?

Vi un documental hace poco en el que hablaba de que no mucha gente es consciente que las matemáticas son la manera más barata de explicar el mundo. Las cosas que todos consideramos bellas (océanos, arboles…), todo lo que creemos que es orgánico es en realidad matemática. Eso está muy ligado a la idea errónea de que las personas construimos cosas. La mayoría de las cosas que construimos, no las construimos, si no que las interpretamos.

 

Me he perdido.

Deja que te dé un ejemplo. A través de la ciencia, somos capaces de describir estados, y predecir su comportamiento, pero la mecánica cuántica no ofrece una comprensión total, una comprensión visual de esos estados, ni de qué los genera en primera instancia. Si usas tu conocimiento para construir un ordenador, ni siquiera estás construyéndolo, sencillamente tomas esas realidades desde lo que ya existe. El acto de creación es muy parecido. No construimos, sencillamente tomamos algo de la naturaleza y predecimos su curso. En el contexto actual, los científicos están creando algo mucho más radical y provocador que muchos artistas contemporáneos.

 

 

La producción del disco, el sonido y el control del paisaje que provoca es muy refinado. Sin embargo, algunas de las canciones son muy simples a nivel compositivo- canciones pop clásicas.

Me impuse dos normas claras al componer el disco. Ambas normas eran esenciales para poder llevar a cabo el proyecto sin volvernos locos, porque tuvimos la oportunidad de grabar el disco en condiciones óptimas a nivel técnico y profesional y podríamos habernos perdido fácilmente sin ningún tipo de código de comportamiento. La primera norma era que las canciones tenían que  poder grabarse en una grabadora cutre de móvil y sobrevivir. Si la canción no aguantaba no había producción que pudiera salvarnos.

 

¿Y la segunda norma?

La segunda norma es  más bien una premisa. Yo soy un compositor total, no dejo nada a la improvisación ni llego al estudio dispuesto a experimentar. Me siento y escribo una canción como creo que tiene que ser. Hay gente que es capaz de reescribir constantemente, de reconsiderar y beneficiarse del intercambio de opiniones. Yo pienso en la canción, la desarrollo mentalmente. Sé como empieza y acaba. Para este disco, más que para ningún otro, la canción tenía que estar completamente perfilada antes de empezar a grabarse. Visualizarla es esencial.

 

Visualizar es el acto creativo por excelencia.

Lo es, ¿verdad? Predecir es una cosa, visualizar otra muy distinta. Es lo que nos hace humanos, imagino. Bueno, esto y... ¿el amor?

 

 

Vanessa Pellisa

Melómana acérrima desde muy jovencita (viajó al festival de Glanstonbury con sólo 15 añitos), Vanessa Pellisa ha colaborado regularmente con artículos de crítica musical y literaria en varias publicaciones (aB Magazine, Rockdelux, Qué Leer, La Vanguardia...) pero sobre todo es conocida por su trabajo en Go Mag, donde ha entrevistado a artistas de portada como Postal Service, Death Cab For Cutie, James Blake, The Shins, Belle And Sebastian, Badly Drawn Boy, Fleet Foxes, The xx o Tame Impala. Nació en Reus en 1979 y en 1998 fundó la distribuidora y discográfica Inane; ha trabajado en los sellos Houston Party y Barsuk Records de Seattle, ha sido mánager y promotora de conciertos y tiene pendiente publicar su primera novela.

 

vanessa@blisstopic.com

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