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Holy Fuck Congrats  

Holy Fuck

Congrats

Innovative Leisure

7,9

Rock raruno

Brais Suárez

 

Empezar a escuchar “Congrats” es como aterrizar después de un vuelo muy muy largo. “Chimes Broken” anticipa todo lo que el disco depara. El impacto en la pista es fuerte pero no necesariamente desagradable. Un par de botes y alguna ráfaga de aire. Es todavía confuso, pero ya está presente la marca de identidad del disco: ese sonido borroso, distorsionado, la textura rugosa que impregna al completo este ejercicio de dinamismo musical.

 

Y así es como “Tom Tom”, “Shivering” y “Xed Eyes” son el desfile hacia la terminal, un rock alternativo clásico (una reminiscencia de Kasabian que es imposible no adorar por muy poco original que resulte) que hace agradable el hecho de escuchar música, con sus pausas, sus repechos, sus estribillos… algo convencional y muy bien ejecutado.

 

 

Hasta que “Neon Dad” hace honor a la originalidad de su título con una gama de sonidos mejorada, con los coros y guitarra en perfecta comunión con las bases electro-pop que se rinden a la batería final y consiguen uno de esos temas que mejoran y mejoran cuanto más se escuchan. A la altura está el corte radical que supone la entrada megalómana de “House of Glass”, que, si es capaz de mantener la coherencia, es por esas mismas bases electro-pop y la línea de bajo. Todos estos elementos clásicos se vierten en una canción inesperada, adictiva, que reivindica la consistencia de un disco casi completamente instrumental. El mismo sendero toma “Sabbatics”, más hipnótica pero igual de psicotrópica con los ritmos tribales que pasan de ser la clave de la introducción a una base más, a medida que los sintes toman protagonismo.

 

Tras el interludio de “Shimmering”, que es un auténtico poso de dulzura mansa y nada empalagosa, “Acidic” y “Caught Up” recuperan energía y desembocan en un estilo igual de válido, pero mucho más comercial, más accesible, bailable y revuelto.

 

Brais Suárez

Brais Suárez (Vigo, 1991) acaba de estrellarse con su idea de vivir escribiendo aun sin ser escritor. Dos periódicos gallegos se encargaron de dejarle claro que mejor le iría si recordara mineralizarse y supervitaminarse, lo que intenta gracias a colaboraciones esporádicas con algunas revistas y otros trabajos más mundanos que le permiten pagarse su abono anual del Celta y un libro a la semana. Por lo demás, viajar, Gatsby y estroboscopia lo sacan de vez en cuando de su hibernación.