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The Decemberists

What a Terrible World, What a wonderful world

Rought Trade

8,2

Pop-rock

Vanessa Pellisa

 

Semanas atrás, The Decemberists se dirigían al público para presentar su nuevo disco y lo hacían con la fina ironía que les caracteriza. Escribían en su web: “Os habéis hecho un poco más mayores, pero el crecer os ha imbuido de una belleza y sabiduría que os era inaccesible en vuestra juventud”. Pese al sarcasmo, esta afirmación no era gratuita: su nuevo disco, “What a Terrible World, What a wonderful world”, se auto-presenta como una obra de madurez y ha sido calificado por la crítica americana como un disco de adult-rock para exhipsters.

 

Sea exagerada la definición o no, nadie puede negarle a estas nuevas canciones una cierta tendencia a la perfección musicalista de antaño, una ejecución que se hace eco de Emerson, Lake & Palmer y mezcla  indiscriminadamente Portland con Crowded House (“Make you Better”). Lo mires por donde lo mires, este disco huele a dólares bien gastados. El sonido del grupo, que hasta ahora había fluctuado entre lo ligero (tabernas) y lo lírico (ópera rock) es ahora cálido y grueso, cómodamente equipado con mil instrumentos, una mezcla señora y una grabación de otra época, tranquila y cara.

 

 

Pero conviene recordar que hay que fiarse más bien poco de alguien que es capaz de usar la palabra ‘eidoron’ en una canción pop. Colin Meloy es aficionado a crear desconcierto y caos por dónde va. El disco es un desafío en toda regla que recoge todos los grandes ‘JAMÁS DE LOS JAMASES’ de la música de nuestra época: desde un fade-out, a letras que terminan en puntos suspensivos, pasando por parcelas de expresión segrestadas (canta ‘my sweet love’ en la preciosa coda del disco). No se puede ser más listo. Este disco no es clasicorro. Esta hecho para imitar a un disco clasicorro.

 

Mención aparte para un detalle curioso. Por primera vez en su carrera, la producción de un disco de Decemberists no deja la característica voz de Meloy en el aire, flotando por encima de cualquier otro instrumento, si no integrada en el grueso de la banda. Es un movimiento estético inteligente, que aprovecha la consistencia musical de esta banda tan sólida. Buena muestra es la magnífica “The Singer Adresses his Audience”, que sintetiza perfectamente el qué de este álbum: es un temazo indiscutible que no suena moderno ni lo necesita, pero que eleva los pasos del que camina al lado de su magnífico final épico.

 

Vanessa Pellisa

Melómana acérrima desde muy jovencita (viajó al festival de Glanstonbury con sólo 15 añitos), Vanessa Pellisa ha colaborado regularmente con artículos de crítica musical y literaria en varias publicaciones (aB Magazine, Rockdelux, Qué Leer, La Vanguardia...) pero sobre todo es conocida por su trabajo en Go Mag, donde ha entrevistado a artistas de portada como Postal Service, Death Cab For Cutie, James Blake, The Shins, Belle And Sebastian, Badly Drawn Boy, Fleet Foxes, The xx o Tame Impala. Nació en Reus en 1979 y en 1998 fundó la distribuidora y discográfica Inane; ha trabajado en los sellos Houston Party y Barsuk Records de Seattle, ha sido mánager y promotora de conciertos y tiene pendiente publicar su primera novela.

 

vanessa@blisstopic.com