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Sleater-KinneyNo Cities To LoveSub Pop 8,7Rock |
Lo mejor del regreso de Sleater-Kinney es, sencillamente, que su octavo disco suena como si no hubieran pasado más que unos meses desde que anunciaron su separación en 2006. No en vano, es John Goodmanson –productor de nada menos que de cuatro discos anteriores de las de Olympia: “Call the Doctor” (Chainsaw, 1996), “Dig Me Out” (Kill Rock Stars, 1997), “All Hands on the Bad One” (Kill Rock Stars, 2000) y “One Beat” (Kill Rock Stars, 2002)– quien se ocupa de los controles. Todo sigue ahí: las voces histriónicas de Corin Tucker y Carrie Brownstein se enlazan mientras se esfuerzan en mantenerse por encima de la guitarra de Corin que sigue siendo el hilo conductor que galvaniza con riffs y solos unos temas que hablan, sin pontificar, sin aspavientos, de practicar con el ejemplo, de militar en el día a día.
Esa naturalidad, la misma con la que la banda se separó sin dar explicaciones al final de un extenuante tour abriendo para Pearl Jam en 2006, la misma con la que la banda ha vuelto sin dar explicaciones después de ocho años en los que no han parado de hacer cosas (tener niños, formar y disolver Wild Flag y The Corin Tucker Band, convertir a Corin en una pequeña estrella de la comedia gracias a "Portlandia"…); esa naturalidad es la que les permite retomar el trío exactamente en el mismo punto donde lo dejaron sin que ni su sonido, ni sus letras, ni su actitud suenen rancias o desfasadas. Todo lo contrario.
“No Cities To Love” es un disco compacto, sin estridencias –(la psicodelia de “The Woods” (Sub Pop, 2005) ha quedado como una interesante anécdota–, que basa su poderío en embutir diez canciones en apenas treinta y dos minutos. Y qué canciones. Aunque haya quien pueda echar de menos un hit que tome las riendas del disco, lo cierto es que pocos LPs de este 2015 podrán competir con una cara A como la formada por “Price Tag”, “Fangless”, el himno “Surface Envy” (“We win / We lose / Only together do we break the rules”), la pegadiza “No Cities To Love” y “A New Wave” con su estribillo casi digno de St. Vincent: “No one here is taking notice / No outline will ever hold us / It's not a new wave / It's just you and me”. La cara B me parece algo más floja, aunque la intensidad melódica (prácticamente pop) de “Hey Darling” y el extraño final de “Fade”, íntimo y expansivo al mismo tiempo, que cierra el álbum con guiños a Neil Young (épica sin miedo a la distorsión) y también a Kate Bush redondean un disco que como dice la mismísima St. Vincent en la edición americana de Rolling Stone “supone la joya de la corona de su legado”.

Half Nelson
Crítico musical que ha visto multitud de modas y estilos nacer, crecer, multiplicarse y morir desde que empezara a colaborar en Ràdio Ciutat de Badalona en 1993. Fan del jazz y del pop británico, aunque todavía impactado por el drum’n’bass, su firma se ha visto prácticamente en todas las cabeceras de prensa independiente (Mondo Sonoro, Go Mag, Rockdelux, Suite, Trax/Beat…) y radio online (ScannerFM) y por su grabadora han pasado muchos de los grandes (Costello, Lowe, Hitchcock, Mills, Craig, May, Saunderson, Gelb, Calexico, Goldie, Size, Flaming Lips, Bon Iver…). También ha contribuido con varios capítulos a “Loops” (Mondadori, 2002) y a “Teen Spirit. de viaje por el pop independiente” (Mondadori, 2004).
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